domingo, 16 de mayo de 2010

El oro de Belmonte

Soy a la fuerza arrancado de las entrañas de ella.
Muy sucio, muy de nadie soy llevado a la hoguera.
Sin acusación me queman, me refunden, me purifican.
Salgo reluciente, acabo en las manos de Andrea,
¿pesado caeré entre las dedos de ella?.
Soy de estas montañas de osos y duendes
soy el oro de las tierras de Andrea.

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