Se
hizo una pequeña modificación en el inventario y la batería de
trailer acabó vendida en el barrio por 10 talegos, eso fue a la
tarde. A la noche el mono reactivó la imaginación y regresaron a la
casa donde enajenaron la batería. “Maestro no sabe lo que pasa, que
la guardia civil nos preguntó por la batería y andan buscándola por tol barrio”. El caballero que abrió la puerta se desaló, “quiten,
quiten, llévense la batería de aquí, llevensela”. A la madrugada, después de mucho arrastrar la batería, vuelven a venderla por 12 talegos.
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