miércoles, 12 de agosto de 2015

El alzamiento postergado oculto en los genes IV: Bonifacio Santos Herrera.


  Bonifacio Santos Herrera, que era hombre de facciones y corpulencia guanche, nace en 1947 en la isla de los hablan silbando. Entre todos aquellos que le conocieron es descrito como hombre bondadoso y entrañable, con esa cualidad de los canarios para saber hacer de todo: construcción, fontanería, mecánica, electricidad, soldadura, cerrajería.

  Ante una realidad que no se le escapa a nadie decide militar en las filas del MPAIAC. En 1981 se ve obligado a exiliarse en Francia. En 1988, en el marco de la colaboración entre Francia y el estado español, la policía francesa quiso entregarlo a la española y tuvo que huir a los Estados Unidos. Hacía rato que le venían persiguiendo.

  Continua su exilio en New York. Allá establece relación con una portorriqueña. Él se encarga del cuidado y mantenimiento de sus 5 hijos a pesar de no ser su progenitor incluso habiendo acabado la relación con ella.

  Allá, en el exilio, en un frío de invierno Newyorkino, en circunstancias aun por desentrañar, muere asesinado Bonifacio a los 62 años.

  Angel Cuenca Sanabria que lo entrevistó en su exilio de París cuenta que Bonifacio emite una frase que es todo un alegato a su martirio: "No soy reinsertable con España”.

  Bentor, el Mencey que se lanzó al vacío en Tenerife después de la derrota en Acentejo, vuelve a gritar vacaguaré 6 siglos después.






Un día, en los hijos de mis hijos, me levantaré (longko Kallfükura).

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