Que sin buenos cimientos no se puede construir una casa es algo que cualquier arquitecto sabe.
La fidelidad es la controversia del último siglo. Hay quien acompleja el término parcelándolo (yo no lo haré). Quizás por ello es una controversia, porque restringimos demasiado el valor. Porque yo no hablo solo de la fidelidad de pareja. El humano no se puede despiezar en montos independientes (ni la educación tampoco). La fidelidad es aquello que se ejerce con tus amigos cuando de ellos se necesita una mano, de la familia cuando se reclama un bastón y hasta de tu cultura cuando se pretende desvirtuar.
Tampoco hablo de la fidelidad como un término arcaico, pasado de moda, represor, católico o conservador, sino como un valor humano que se ejerce libremente para hacernos mas sinceros y responsable con lo que sentimos. Un instinto (como el resto) que nos integra en el otro. Porque el que es fiel es fiel íntegramente y no solo en pareja. Es estar en lo que siente el otro (para reír o para llorar), padecer lo que padece el otro, no saberse único en el mundo, ser responsable con tu comunidad sea esta tu familia, tus amigos, o tus talibés (y de todo esto Africa sabe bastante).
Así pues la fidelidad no es un asunto de inocencia sino mas bien de todo lo contrario (de echo lleva años darse cuenta de eso). Algunos tenemos la suerte de ser fieles por naturaleza mientras para otros es todo un trabajo personal. Eso no importa, lo importante es darse cuenta que del saco que se saca lo que se mete solo se puede extraer fidelidad si tu metes en él fidelidad (y así para el resto de valores como la sinceridad, confianza, el buen rollo etc.), si metes otra cosa sacarás otra cosa. Entender eso si será estar permanentemente en el mundo.
Porque la fidelidad (para mi) no es solo un acto de responsabilidad sino de sinceridad con uno mismo, de franqueza con lo que verdaderamente sentimos (y supongo que ahí es cuando uno comienza a transformase en adulto) y el resto es educación del olvido o proceso de aprendizaje de adolescente (necesario por otra parte).
Y actos de fidelidad hay muchos y variados. Como el de una madre amamantando un hijo; o un amigo despidiendo a un amigo; o un Marabout, sin tiempo para dormir siesta,corre que te corre todo el día para guiar a sus talibés ; o una chilena cuidando de sus hermanos (y de esto Coni sabe un rato) o incluso reciclar que es un acto de fidelidad con el mundo.
Es un poco como ser saharawi y pasarse 30 años intentando recuperar un pueblo (no es que sahara vencerá, es que sahara ya venció!), o Galeano hablando de los desechables.
Si a causa de tus valores te convierte en tu saber, no te preocupes no es que seas un niño, es que eres un adulto responsable en las relaciones humanas (y eso será estar en el mundo, bien dentro). Y esa será tu virtud que los que están detrás no podrán entender (porque no les ha llegado la hora de entender o simplemente no quieren entender). Así que si hablo de cosas que no comprendes no te inquietes el tiempo te las enseñará.
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