jueves, 9 de enero de 2014

Rafael



Ay Rafael que fue el hilo de aceite humana
saliendo de aquella plaza de toro lo que te robó el sueño por dos años,

tu oculta espalda de metralla,
tu marca de bala en el gemelo,
tus rodillas astilladas,
tu cabeza dura que es mi cabeza dura.

Tus ansias de saber robada,
tu flor cegada por un mando superior,
tu país robado,
ella en brazos de un mando superior.
  
Y con el tiempo la metralla fuera,
el insomnio fuera, ella fuera.
Todo para que conocieras a mi abuela.
Ay Rafael que te conocí ya con la cabeza blanda.
Ay Rafael tu rencor olvidado del que salí yo y lo estoy contando.


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