martes, 14 de abril de 2015

Reconstrucción autorizada de historias de un Puma Andino 1: Al gato mayor.


   Y aunque el único gato al que el puma andino ha amado no sea yo, tendremos que aceptar que está muy evolucionada. Desde las letras de mujeres como Lola Hoffmann, se construyó una guadaña de redención con la que matar a la femme fatale dejando intacto al pintor.
   Él la debió pintar desnudar en un lienzo, porque no se es tan valiente así no mas como para coger las nieves eternas y evaporarlas en el centro de uno mismo, no debió ser fácil para nuestro puma acabar convirtiéndose en una satisfacción de cementerio estrenado, estar sujeta a una plácida calma que celebra a sus muertos con sus retoños nacidos de inviernos (dejaremos para reflexión del puma que algo debió pintar el pintor al margen de su posible descripción en los textos de Lola Hoffmann, habrá que leer a Hoffmann también).
   El brindis en la cabeza del puma es un brindis con ella misma y probablemente sea con vino tinto, pero habrá que reconocerle al pintor la habilidad para provocarla a un proceso que concluye en un brindis (hay que ser artista para provocar así).
   Le preguntaría de que color habrán sido los días que compartieron, que colores utilizó en los lienzos de esquizofrenias que hicieron irritar la conciencia del puma, no hacia una disculpa, sino hacia un adelante de acorazado hambriento de desnuda felicidad. Así se polarizó el puma al polo que visita los valientes: Sin derroches ni incendios.
   Me pregunto también que habrá sido del pintor, si estará solo y lúgubre, y con ello le florezca la creatividad o por el contrario no sepa ver su mano provocadora de mentira que se acerca a la verdad. Espero lo primero, se lo merece, no cualquier artista pinta un puma andino. Pero también seria deseable, para el publico en general, que tal artista conservara la creatividad en un posible estado acompañado y alegre, que sea un artista moderno ,que no vea inspiración en el desamparo, uno que le disguste van Gogh.
   Ud lo hizo bien pintor, al menos lo mas sentidamente posible. Le ayudó, tal vez sin saberlo, a descoser su estampa de sirena, de seductora asesina. Ella solo quiere redimirse, no como una disculpa, sino como una reconciliación con ella misma.
   Relectura tras relectura y tras un análisis paleontológico y hasta enológico llego a la conclusión que todo gato, por muy grande que sea, alimenta a un puma andino.



Este texto contiene frases y extractos de “Al gato mayor” de Constanza Montenegro.

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