Jorge se mantiene limpio por fuera.
Hace ya algunos meses que ha dejado de fumar tabaco así como el
placer de las hierbas, no bebe ni come carne y la noche la ha
abandonado . Me lo cuenta mientras viajamos en su furgoneta hacia un
tamascal en Zamora donde espera ahora limpiarse por dentro. Somos
tres en ella y dos perras que son la feminidad que complementa a
jorge.
Pero el tamascal no sale como Jorge
deseaba, o quizás jorge no era de los que el tamascal esperaba. Al
día siguiente volvemos a Madrid pero las perras no aparecen, a Jorge
se le han escapado varias veces en el pasado y decide marchar sin
ellas. Mientras volvemos es un manojo de nervios que no para de decir
que se arrepiente de haber venido, que si el tamascal no se lo han
tomado en serio, que si estaba harto de las perras, que si las
mujeres no le quieren, que esta pensando en volver a la noche, que
invitame a un cigarro, y yo que no te lo tomes asi, que si las perras
se fueron es por algo, que el tamascal no tiene porque ser tan
liturgicamente cerrado, que tranquilo, que el mundo no conspira
contra nadie.
Ya de madrugada en madrid me acerca
hasta mi casa, al día siguiente vuelve por las perras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario