miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Quien fomenta guerra?.

     Y mira que me destrozó aquella cara, esos ojos chiquitos y brillantes bajorrelieve de una sonrisa. Así de nervioso estaba Arcadio, con la cabeza inclinada hacia el suelo contestaba al militar que yo venía con él, que simplemente estaba colaborando con la asociación de campesinos, que llamara a la alcaldía, y así justificación sobre justificación hasta que lo mandaron a callar. “¿Y ud de donde es?”, “De aquí pué”.
      Llegado mi turno, pasaporte y las preguntas de siempre: ¿De donde viene ud?, ¿quien le manda?, ¿que hace aquí?, ¿a donde va? a la vez que otro me cacheaba de arriba abajo.
      El cacheo encontró algo cuadrado en el bolsillo y el aviso hizo a los 4 militares apuntarme con los fusiles y retirarse un poco. Esa gente estaba muy nerviosa, y era normal, ninguno era de allí y estaban en Caldono, el pueblo que tantas veces se tomó las Farc y que contenía a la vereda por la que pasaba la panamericana, Pescador. Pero como decía Lila quien les mandaría meterse en aquello, llegar a vestir un uniforme contra su pueblo, portar las armas que enriquecen tanto a los gringos, el plan Colombia bien se merecían sentir ese miedo.
      "¿Que es eso?, sáquelo despacito, despacito.” y la funda con su cámara dentro salio de mi bolsillo al ritmo que ellos deseaban. Se tranquilizaron solo después de que me mandaran abrir la funda y yo sacara la cámara. Revisaron todas las fotos y videos, entonces aún no había grabado el sonido desde campo alegre de la vereda de veinte de julio donde por esos días echaban bastante plomo, tampoco había el video donde desde lejos se veían los helicópteros de refuerzo aterrizando en Caldono después de los 3 atentados de Toribio, Siberia y Caldono.
      Me devolvieron la cámara y me pidieron que no fuera a los montes que me podían secuestrar , precisamente lo que ellos estaban haciendo sacándome de un lindo paseo por el mercado de Caldono con Arcadio, para meterme en aquel cuartel, que a saber las terribles historias que guardaba.
      Hace dos días, detrás del auditorio Alfredo Kraus, unos policías nacionales registraron el coche que conducía. Me robaron 5 euros y nos cachearon de arriba a abajo mientras me preguntaban si tenia una navaja u objeto punzante. Y yo me quedo pensando ¿así no empiezan las guerras?.


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