En una conversación cuerpo a cuerpo con
la Sal quedamos en que se desprendería cuando el sol la cristalice,
cuando el viento la barra mientras corra sobre callaos, cuando sude
llevando agua a los que limpian alquitrán, cuando vea a unos
hermanos de Veneguera improvisando solidaridad, cuando duerma en una
cueva quemada.
Yo le insulto "Sal!", ella
responde "Nop, Cloruro sódico!".
Sin embargo la mancha de alquitrán no me
sale del brazo. Así la restriegue con arena, roca o piedra, no sale.
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