Aquel país era un desastre, tan duro
de digerir que se nos llenaban los barrios de pibes enfermos de haco
y boliche, los obreros trabajaban tantas horas por un misero sueldo
que a la noche el único alivio era mandarse un par de trabucasos de
ron para poder agarrar el sueño que anestesia, y ni tiempo para la
familia había, ni se quería tener. Que vergüenza mas grande nos
damos aveces, les susurraba la conciencia.
Cultivar la tierra dejó de ser
acción soberana por insustentable, y huérfana quedó en progresiva
desidia.
Quien no podía escapar al mes con
su pequeña cosa, el espíritu de supervivencia los mandaban a plantar
su pequeño huerto de papas o a la marea lapero en mano o al
trapicheo de sustancias que alivian pero no solucionan.
Como eran frutas de almíbar sabían
del dolor en la espalda trabajando de duro estibador, de siniestrado
obrero o al agacharse a recoger tomates. Hasta sabían (y no lo
olvidemos) del dolor que supone también la inevitable acción, en
ocasiones, de agacharse a recoger teniques.
Y cuando la cosa ya estaba tan
deteriorada solo un hábito de tranquimanises o alcoholismo aceptado
acallaba a la conciencia, buscando siempre el rincón oscuro. Porque
ni la luz era costeable, puesto que el sol fue secuestrado en el país
mas luminoso de aquel planeta.
Y eso era así para todos, desde el
adoptado al étnico pasando por el criollo. Pues de esta orfandad
participaban todos por igual, todos desquisiados esperando alguna
ayuda del estado o trapicheando lo que podían para resolverse el
mes. Bastaba mirar alrededor pa que a uno se le encogiera el corazón.
Y en verdad que en aquel país de
cerco líquido siempre fue así. Por eso era sitio acostumbrado a
criar emigrantes, manera mas resuelta de que la emancipación no
explotara.
En cualquier otro lugar del mundo se
podría decir que aquella situación era insoportable. Pero será
siempre un misterio que aquellas gentes, personas frutas, fueran
hechas de tan dureza de acebuche. Pues no perdían el sarcasmo
socarrón o la ironía sutil para reírse de la desidia en su cara.
Por dios que aquella gente era dura,
tenían el cráneo blindado.
Hay quien dice que era así a base de
perpetuar el aguante durante siglos, otros al hábito de lo
cotidiano, otros ni se lo planteaban y esos son los que mas apenaban.
Siendo sinceros, hubo, hay y habrá
un grupo de gentes que a base de trabajo siempre quiso destituir al
miedo. Eran grupos de consumo responsables, asociaciones de
permacultura, asociaciones de jóvenes emancipadores, organizaciones
para las energías limpias, algunos sindicalistas, portuarios,
centros ocupados y hasta algún que otro partido político (de la
dureza de un roque y otros de pronta creación) que durante años
hacían un trabajo que nuestra pandemia pretendía invisibilizar al
grueso de la población. Fíjense lo que hacían con la fruta más
lúcida de aquel planeta!.
Como de salvaje es no respetar
hubieron también asociaciones de tenikes, porque no es de salvaje
recoger tenikes para defenderse sino lo otro: NO RESPETAR AL PUEBLO.
La endémica pandemia la constituía
un virus llamado Pérdida Paulatina. Concreto, definible,
compensurable, introducido de fuera que ha base de mutar por 6
generaciones hacían a aquellas gentes permanecer sumisas y violentas
entre ellas. Una desunión intencionada inscrita en los genes a base
de hostias. que tensión más planificada!.
El virus hacia a algunas personas
echarse culpas entre ellas, a otras abrazar la dependencia mental que
prohibe la emancipación, otros el silencio postergado en los genes
del sumiso, a los más adaptados a elaborar una coraza de egoísmo que
le aislara de la realidad, y a la mayoría promover desunión.
Había quienes tenían en mas o menos
proporción la infección, los mas inicuos se transformaban en
aguatenientes, carceleros de puertos, cobradores de impuestos al sol
o empresarios sin escrúpulos retuerce espaldas.
Pero mira que era listo este virus
que del miedo tiraba siempre, amenazaba con miedo de hambre, miedo de
pobreza, miedo al desempleo, miedo a la orfandad. Como si a un
asesino lo pusieran al custodio de una guardería, ¿que daba mas
miedo? (un alguien se preguntaba).
De la raíz de un árbol endémico
(un alguien de polígonos, riscos y pueblos miseros) extrajo un jugo
que por pura diversión tomó. Y observen que fue milagrosa la
infunsión pues aquel individuo en el pais fruta comenzó a respetarse
a si mismo, y no sabremos muy bien porque pero eso derivó a que
respetara a los demás. Así cuando le venían y le humillaban con
insultos el no contestaba, su cráneo se endureció de tal forma que
no hubo tenike que lo agrietara, pues no había nada en aquel mundo
que afecte a quien se respeta así mismo.
Destiló litros. En el pecho, en el
que tenía tatuado 7 estrellas verdes, se puso un cartel en el que se
leía “cuidado, soy contagioso” y fue repartiendo dosis por aquí
y por allá. De tan magnitud el contagio, que aquella frutas empezaron
a respetarse entre ellas. Luego con los días, como proceso natural,
les entraron unas ganas inauditas de emanciparse, como fruta madura
caían a emanciparse.
Pues el que ya anda emancipado no
necesita leader porque lleva su propio leader dentro. Y a partir de
entonces, el mundo mismo fue testigo, perdieron todo el miedo.
Habrase visto cosa mas hermosa en la historia!, aquello era tremendo.
Cierto día, hartos de la desidia del
malvivir, el adoptado, el criollo y el étnico se dieron cuenta que el
martillo venía de arriba y no de al lado, y se unieron sin
condiciones. El adoptado, el criollo y el étnico se reconocieron
como hermanos y rompieron la vertical. Así se hicieron prósperos en
una horizontal unida que ellos mismos construían.
Los pibes dejaron de buscar como
última salida alistarse en el ejercito que promovía el virus. Y
hasta los funcionarios se dieron cuenta de la oportunidad, que es
egoísmo no mirar a tu vecino cuando uno es tocado por el “a ti
si”.
Hasta los comportamientos entre
ellos cambiaron sin virus. cuando alguien se equivocaba lo reconocía
y continuaba su trabajo. Se emanciparon las ganas de ser otro su
destino.
Y así lo cuentan los mas viejos, de
esa forma, sin leader, empezaron a organizarse. A todas aquellas
organizaciones, cooperativas y partidos que ya existían se unieron
mas y mas gente, e incluso se crearon numerosas más, todas creando
sinergia social, todas germinando emancipación. Cosa más linda
jamás se vio en aquel planeta. Era el periodo de la metabolización
del azúcar.
Las organizaciones utilizaron los
presupuestos participativos que se establecían por consenso y mano de
obra local. Y entre todas ellas había comunicación y respaldo.
Y fue así todo de tan repercusión
que los propios guardianes de la fruta se vieron identificados, pues
ellos sin diferencia también tenían pareja, hijos, primos, abuelos
fruta que padecían de tal despropósito. Los funcionarios del “a
ti si” miraron incluso a sus familiares más lejanos para
despojarse del egoísmo en el que fueron educados, porque ellos
también eran fruta que sufrían de esa pena.
Aprovecharon su cualidad de hablar
con la boca chiquita en la que se les había educado para organizarse
y pasar desapercibidos, lenta metaboliza el azúcar la fruta.
Y fíjense uds que hasta aprendieron
a llorar en público, que más vale eso que acabar reventando en un
vacaguaré. A golpe de lágrima también fue su lucha. Que esas las
entendían aquel planeta entero.
Cuando la fruta estuvo madura, la
emancipación se proclamó a los 4 vientos. Acuerdos internacionales
respaldaban la paz en aquella latitud y hasta la ONU reservó un
huequito al país fruta, pues lo que estaba pasando allí era semilla
para el mundo.
Se recuperó tierra abandonada y de
la ciudad más poblada de aquel fragmentado pais los pibes cambiaron
el haco por huertas de hortalizas. Otros pibes trabajaban en las
energías limpias que sustentaban su país o en empresas frutas que
irrumpían en el mundo.
Y hasta el arte y la cultura se
hicieron propias, porque no hay forma mas certera de permanecer sin
emanciparse que simular lo que no se es.
Todo eso hacían nuestros pibes,
porque no hay cosa que se haga con mas ilusión que aquellas que se
hace pa si mismo y así cualquiera adquiere responsabilidades.
Sin virus ya ¿que ley les iba a
impedir establecer acuerdos comerciales con todos los colores de
aquel planeta? (celestes, rojos, azules, amarillos, morados,
negros...). Y tan bien se hizo que ni en los inicios de esta
emancipación se pasó hambre.
Se prohibió por ley que
embarcaciones portando armas atracaran en sus puertos francos, y las
únicas armas permitidas en su suelo eran las de cartucho para cazar
conejos y algún que otro tenike al que pretendía desunir. Era así
porque ya desde décadas antes, ellos se habían pronunciado con el
NO a la militarización.
Fijesen que hasta la ONU les
permitió no tener ejército protegiendo su soberanía, conscientes
que la fruta caída, ya en tierra, estaba germinado al mundo.
La constitución prohibía la
explotación y las jornadas laborables impedían embrutecer a nadie.
También recogía el crisol de géneros que enriquese al humano y el
emigrante era parte de los mismos derechos.
Así en pacifica armonía y
prosperidad, el comercio internacional sin coartada, su naciente
industria electrónica y de renovables generaban un superávit que
incluso permitían la sana cooperación 3.0. con otros países
ocupados, aquello era esqueje para el mundo. País democrático como
aquel en la vida se vio.
Diversificó tanto su agricultura y
su industria que ya no era posible la dependencia que degrada, pues
era soberana alimentaria y energéticamente, y de esta forma sus
decisiones pudieron ser propias. Orgullo de país hasta los
extraterrestres lo analizaban.
Hay quien dice que fue fácil, pero
haciendo honor a la verdad, aquellas frutas habían estando esperando
por 6 milenios aquello. Y todo transcurrió así porque ya nadie
quería esperar otros 6 milenios para ser respetados como humanos. La
fruta ya había metabolizado suficiente azúcar y estaba al caer.
Hasta era tan reconocida su lucha
que de todos lados de aquel planeta se ofrecían en ayuda de los
habitantes de aquel país fruta, pues muchos de ellos hace 5 milenios
también habían padecido lo mismo. De todos los mares venían a
establecer relaciones, venían a tenderles la mano en un comercio
fructífero para todos. Porque no le hablen a un Saharawi en medio del
desierto o un Cambullonero de siglo pasado que cosa es el capitalismo
o el comunismo. Que mundo mas solidario!.
Y así fue que aquel hombrecito de
barro, que destilaba y destilaba, pudo retirarse en paz a cuidar un
par de cabras que ya no estaban dando leche de tanto descuido.
Mas de tres meses sin meterme nada por la nariz (y no estoy en Cuba). Viviendo de los platos que me mate a lavar en England. Abrazossssssssss.
Muy buen texto y el vídeo le pone un broche de oro :D
ResponderEliminarfotografo en las palmas de gran canaria