jueves, 15 de mayo de 2014

LOS SUEÑOS QUE ALIMENTAN.

       Coni llegaba tan cansada de clase que ni hambre ni sed impedían que el sueño la absorbiera profundamente. Y en su sueño fue invitada a un banquete con suculento curanto y jugo de esos de sobres y pastel de choclo y krugen de frambuesa de postre. Luego se le convidó a una fuente de rica bebida de nombre inenarrable que saciaba su sed. Así hasta casi la mañana en eterno sueño saciador de hambre, sed y cansancio.
      Solo había un problema a tal ensoñadora terapia. A veces, un baño de puro mármol esperaba al fondo del salón donde se celebraba el banquete y Coni despertaba con tibieza entre las piernas.


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