Y mira que me destrozó aquella cara,
esos ojos chiquitos y brillantes bajorrelieve de una sonrisa. Así de
nervioso estaba Arcadio, con la cabeza inclinada hacia el suelo
contestaba al militar que yo venía con él, que simplemente estaba
colaborando con la asociación de campesinos, que llamara a la
alcaldía, y así justificación sobre justificación hasta que lo
mandaron a callar. “¿Y ud de donde es?”, “De aquí pué”.
Llegado mi turno, pasaporte y las
preguntas de siempre: ¿De donde viene ud?, ¿quien le manda?, ¿que hace
aquí?, ¿a donde va? a la vez que otro me cacheaba de arriba abajo.
El cacheo encontró algo cuadrado en el
bolsillo y el aviso hizo a los 4 militares apuntarme con los fusiles
y retirarse un poco. Esa gente estaba muy nerviosa, y era normal, ninguno era de allí y estaban en Caldono, el pueblo que tantas
veces se tomó las Farc y que contenía a la vereda por la que pasaba
la panamericana, Pescador. Pero como decía Lila quien les mandaría
meterse en aquello, llegar a vestir un uniforme contra su pueblo,
portar las armas que enriquecen tanto a los gringos, el plan Colombia
bien se merecían sentir ese miedo.
"¿Que es eso?, sáquelo despacito,
despacito.” y la funda con su cámara dentro salio de mi bolsillo
al ritmo que ellos deseaban. Se tranquilizaron solo después de que
me mandaran abrir la funda y yo sacara la cámara. Revisaron todas las fotos y videos,
entonces aún no había grabado el sonido desde campo alegre de la
vereda de veinte de julio donde por esos días echaban bastante plomo, tampoco había el video donde desde lejos se veían los
helicópteros de refuerzo aterrizando en Caldono después de los 3
atentados de Toribio, Siberia y Caldono.
Me devolvieron la cámara y me
pidieron que no fuera a los montes que me podían secuestrar ,
precisamente lo que ellos estaban haciendo sacándome de un lindo
paseo por el mercado de Caldono con Arcadio, para meterme en aquel
cuartel, que a saber las terribles historias que guardaba.
Hace dos días, detrás del auditorio
Alfredo Kraus, unos policías nacionales registraron el coche que
conducía. Me robaron 5 euros y nos cachearon de arriba a abajo
mientras me preguntaban si tenia una navaja u objeto punzante. Y yo
me quedo pensando ¿así no empiezan las guerras?.
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