martes, 19 de abril de 2011

Los perdidos 1: Iballa

        Que devastadora tristeza ser excusa de masacre. Iballa gritó “corre que vienen por ti mis hermanos”, y ni ella ni un hermanamiento de gánigo ya roto podían evitar a un Hautacuperche elegido por los dioses y los dardos para matarte.
        Pero Ahehiles gritó Iballa, “ahehiles huxaq esaven tamares”. Fue tarde, ningún ahehiles evitó que alcanzaran los dardos tu horror de espada cortando cabezas, el esclavismo y el vasallaje.
        Y todo porque Iballa amó lo prohibido, la consanguinidad del pacto, Guahedum que era para ella cueva de amor, cueva de pacto de barro cocido, donde alguna vez se compartió leche de hermanamiento.
        ¿Como debió ser para ella eso? Como juzgar a la quiere a las dos cabezas y eso precisamente es la razón para cortarlas. El querer que destruye. Un dardo envenenado de justicia atravesando tu corazón de mentira, de monstruo conquistador, que fue un dardo también para ella.
        Peraza joven, ejecutor, brusco, asesino, no supiste ver el pacto de gánigo de Peraza viejo y los de Ipalán y Mulagua.
        ¿Y a ti Iballa?, ¿Que silbo callado a golpe de espada y espingardas te reclama la historia?, ¿Quien no quiere saber del cepo de tu amor a un ogro y al pueblo que destruía?.
        Y hasta pedro de vera llego el suceso. Y ahí si que ya se les acabó, el genocida de los genocidas navegando en carabela desde gran canaria a la iglesia de san sebastian de la gomera. Empleando una vez mas la mentira con el perdonados los que se delaten. Después de confesión uno por uno abandonaran la gomera, que era como abandonar este mundo, a través del sable.
        Una trituración bárbara de la rebelión de los gomeros para desaparecer como pueblo libre. La eliminación de todo gomero mayor de 15 años y algunos adolescentes vendidos. Son los esclavos que repoblarán algunos pueblos de la despoblada España, curioso que la colonización europea siempre se haya justificado alegando que los conquistados eran muy pocos, pero ya se sabe la historia esta llena de mentiras.
        La culparán por siglos de todo ello. Y ya estaba bastante convertida para sufrir la culpa, pero quien sabe. Quien sabe si una cueva fue su penitencia, la que buscó como buena nueva cristiana.
        Es la historia de canarias en la buscamos culpables como desde hace siglos nos han enseñado la cruz y la espada. La historia que se hace con culpables y perdidos que son los inocentes y vencidos.