Hay un bulo suelto por el mundo, una
mentira que relega a los enteros, a los tocados por la sensibilidad para integrar lo de fuera
con lo de dentro, al desamparo de la confusión.
Habría que explicar que los sensibles
no solo se quedan en la fachada perecedera de lo físico sino que son
capaces de entrar en lo que realmente es inperenne, llámese
espíritu, alma o simplemente lo que es cualquiera por dentro.
Un prejuicio será ver a los sensibles
como los locos, los que se les va la olla (jjajaja si los animales
supieran que son los lokos los que cambian el mundo). Los que se
saben sensibles tendrán la fortaleza también para aguantar este
prejuicio porque no hay nada que ellos no puedan soportar.
Y una vez mas los sensibles serán ante
ojos ciegos los estúpidos, los tontos. Y una vez más habrá que
explicar que no existe una única inteligencia (eso es solo un
invento del capitalismo que necesita que desarrollemos una sola de
las inteligencias y mantengamos oculta otras para su propio
beneficio). La inteligencia de los sensibles es una inteligencia que
no se enseña en las escuelas, es la cualidad de obtener datos de la
realidad interior de las personas que otros no pueden, como entrar en
una habitación después de una discusión y notar en el aire que
algo no bueno a ocurrido, o sentir el dolor de una funcionaria
proyectada hacia afuera de la ventanilla (el sensible soportará
todas esas piedras también), una capacidad de percepción que va mas
allá de las palabras de cualquier idioma. Por ello a los sensibles les cuesta
tanto mirar a los ojos (ven demasiado profundo el dolor de otros).
Y el último prejuicio que en estos
momentos recuerdo hacia los sensibles (iré descubriendo mas por el
mundo) es aquel que los intitulan como asesinos de personas. Y nada
mas alejado de la realidad, porque un sensible construye personas no
las destruye, un sensible solo destruyen los prejuicios que contengan
algunas personas y eso las harán mas grandes, mas sensibles.
Y a pesar de todo, para la gente, las
personas sensibles serán una atracción para todo el que le rodea
(ante esto no hay discusión), porque al fin al cabo el humano es muy
humano, aunque no lo sepa, aunque nadie se lo haya explicado. Son los
sensibles el imán en el que todo humano quiere entrar. Y que
maravilla la gente, que humana queriendo tocar lo sensible, esperando
el reflejo de lo que en verdad ellos también son, aunque no puedan o
no sepan como sacarlo. Los sensibles tienen la obligación de
ayudarles a ello, porque la gente lo esta pidiendo a gritos, a
sufrimiento, la gente sufre por los sensibles y la única forma de
ayudarles a curar esto es convirtiéndolos en sensibles también. Los
gobiernos tienen una obligación ineludible en esto, porque es una
comida tan necesaria como la del plato o el trabajo.
Por eso nadie como un sensible respeta
el dolor ajeno, porque los sienten como suyo y sus lágrimas serán
las lagrimas de otros (rara vez el sensible llora por si mismo, es el
reflejo del dolor ajeno lo que les hace llorar).
Las personas sensibles serán ademas
las mas valientes para mirarse el ombligo, sin miedo a encontrar lo
que verán dentro (tan acostumbrados a ver dentro en los demás como
no iban a mirarse el ombligo), tendrán así en cuenta sus acciones,
meditaran cuan grande puede ser sus palabras en otros, para no herir
y solo palabras duras saldrán de su boca o de sus dedos cuando se
requiera recordar a alguien que sus acciones hieren a otros. Porque
ser una persona sensible es ser un guerrillero de lo humano a
cualquier coste personal, así se pierda un ojo, mil neuronas, o la
prolongación de su genética. No hay humano mas valiente, mas
dispuesto a ese sacrificio que las personas sensibles, a cualquier
coste seguirán siendo ellos por el bienestar de los demás, aunque
lleve un tiempo a los demás darse cuenta.
Y toda esa fortaleza hace al sensible
no parar en su objetivo cuando tiene clara su misión, es irrompible,
solo la muerte física puede derrotarle (y en algunos casos
históricos ni eso, Ghandi uno de esos ejemplos). A una persona
sensible no se la puede derrotar, aunque verla llorar nos haga creer
que es débil es precisamente todo lo contrario. Y es ese nivel de
sensibilidad lo que hará que la felicidad de los demás sea su
felicidad, serán los que piensan solo en si mismo, los débiles, los
que mas sufran ante un sensible.
La paciencia se convertirá ademas en
una mas de las virtudes de los sensibles, la paciencia para acepta (y
hasta aguantar) el sufrimiento ajeno aunque este se exprese en una
piedra directa a la cabeza del sensible (el sensible es demasiado
fuerte para aguantar eso).
Aguantará cualquier falta de respeto
por respeto al sufrimiento que les lleva a los no sensibles a hacer esto. Aceptará las piedras en su cabeza y la sangre de las heridas
que se derramen hasta sus ojos no les impedirán seguir viendo con
sus otros sentidos.
En este mundo hay muchas escuelas de lo
sensible (yo he visitado algunas), son aquellos países con un alto
nivel de espiritualidad que se ha perdido en europa y que países
musulmanes como Senegal desarrollan muy bien (será que Allah les
gusta las personas sensibles), ese nivel espiritual que vuelve a la
gente mas respetuosa con el otro, mas en los demás.
Y es que al fin al cabo el mundo
necesita imperiosamente a gente sensible, que se enseñe en las
escuelas, teach it in the school.
Porque ser sensible te hará entrar
hasta la cocina en cualquier parte del mundo, hará que comunidades
te quiera con ellos por siempre, confiarán en ti por siempre.
Para mi el Ché fue una de las personas
mas sensibles que el mundo a tenido la oportunidad de disfrutar y no
murió.