martes, 11 de noviembre de 2014

Lanza en mi espalda por England.

   Sabemos que ninguna colonización es sana, pero también deberíamos saber que hay colonizaciones y colonizaciones. La francesa es pésima, es juntar a un montón de Senegaleses que lucharon contra el fascismo en la segunda guerra mundial, en un lugar llamado Thiaroye, para ser fusilados por reclamar la misma pensión que los excombatientes franceses tenían (tan grave como la planificación de la muerte de Thomas Sankara en el país de los hombres íntegros). La española no merece comentarios porque como todos sabemos es puro genocidio. Sin embargo la inglesa (sin ser inocentes, pues cualquier colonización esconde un beneficio económico) posee otro color. Cuando se van (en la mayoría de los casos) dejan un país con infraestructuras para poder desarrollarse (centrales eléctricas, sistemas ferroviarios, una planificación agrícola etc). En el país de donde vengo (Canarias), en un tiempo donde aun llovía en abundancia, desarrollaron el plátano y hasta mi abuelo trabajó alguna vez para un inglés. Es Mr. Liko, quien hace poco menos de un siglo en mi pueblo natal diera trabajo a los que se embarcaban en una cascara de nuez para cruzar el atlántico en busca de futuro. Sería aquel dictador, hombre acomplejado, temeroso quizás de otro Gibraltar (que me encuentren a un solo gibraltareño que quiera ser español) quien haría la vida imposible a Mr. Liko. Así fue como Mr. Liko, cansado de un fascista insensible y débil llamado francisco franco, decide abandonar Canarias (aunque descendencia dejó), no sin antes titular las tierras que trabajó a los canarios.
   Aun queda allá por Galdar la mansión de Mr. Liko, que para mi es el mejor reclamo turístico que se pueda tener para con los ingleses, puesto que las playas están en riesgo de estropearse a causa de un ministro llamado soria que pretende hacerse rico sacando petroleo en unas islas generosas en viento, sol, mareas y volcanes. Energía eólica, solar, maremotriz y geotérmica a la que no se le atiende.

   Por el planeta entero es sabida la importancia del puerto de Las Palmas (plataforma tricontinental ineludible en el tráfico marítimo entre los tres continentes), pero pocos saben que en su evolución fue una vez mas fundamental la mano inglesa, los Miller proveyendo infraestructura.

   Y es así además por dentro, un país que no tiene miedo a la realización de un referéndum en Escocia (jamás hubo un verdadero referéndum en Euskalarria, Canarias o cualquiera de los países que contiene españa) porque respetar la libertad de decisión de los pueblos es otra de las necesidades universales de la humanidad.

   England es un país sin constitución, con un derecho consuetudinario basado en el sentido común (que según Eduardo Galeano es el menos común de los sentidos), mientras españa tiene una constitución herencia del franquismo que ató (y ata) muy bien el legado fascista (cosa que replicaría Chile con sus leyes de amarre), la cuartada perfecta para que españa nunca levante cabeza.

   Su sentido común se me manifestó de la forma mas clara hace 12 años cuando una portuguesa con sida, trabajadora en una factoría de Bodmin, explicaba con rabia que no había trabajo para alguien con su enfermedad en Portugal (que maravilla esta isla, que cosa tan humana esta gente).

   Y ya escribir sobre las mujeres inglesas serían palabras mayores, esas que son herencia de las que lucharon por poder votar. Ellas desprovistas de la culpa católica (que tan aliada con el franquismo creo generaciones de traumad@s en españa) no les importará lo que un hombre piensen de ellas, empujarán a la vida hacia adelante contra todo. Ellas, a diferencia de españa, serán aquí las que protejan al hombre. Ellas son aquí, la referencia (y hasta yo sueño con ser mujer inglesa).

   Y que decir de la policía inglesa, esos gentiles profesionales que ante un embrollo, libreta en mano y tras apaciguar los ánimos, preguntarán por separado a cada una de las partes, para al final descubrir de donde vino el error. En España (una vez mas herencia del franquismo) llegarán repartiendo tortazos para al final llevarse a cualquiera de las partes.

   Y todo ello porque en England juega el fair play, por ello no es necesario romper la ley, porque es una ley para todos, seas español, eslovaco o canario. Es el país donde solo hay una persona aforada en contraposición de una españa que posee a 10000 aforados (2.300 políticos).

   England integra a todos, mientras en el sur de españa hay un mar de plástico cubriendo el trabajo de magrebies y subsaharianos sin contrato ni seguridad social. Los ingleses son un pueblo abierto a aceptar cualquier cultura mientras lleguen para trabajar, para construir codo con codo con ellos. Y he ahí otra de las maravillas de England (la imposición de un esquema mental sobre otro va contra la diversidad innata al humano, es un atentado ecológico se podría decir, colonialismo una vez mas), esta gente acepta a cualquier bicho raro, son una gran protectora de animales (y no hay mas que ver como tratan a sus perros), y casi por ósmosis contagian esto a cualquier foráneo (aquí se aprende a ser un ecologista del humano).

   Unas gentes donde el trabajo no es un medio para hacerse rico, sino en si un fin (el fin de la realización de la persona y eso es una premisa evidente en cualquier lugar del mundo desde la prehistoria). Te propondrá sin miedo trabajo, mientras españa nos aterroriza con la amenaza de la perdida de este (porque si, todo humano requiere trabajo en sus todos sus ámbitos)
   Un manager trabajará contigo, atenderá tus necesidades y no solo te pondrá donde él te necesite sino donde tú puedas desarrollar mas a gusto tú trabajo. Esa es la verdadera magia de un gestor que tiene en cuenta la parte humana (porque el trabajo es algo innato al humano y no al revés).

   No conozco ni un solo ingles joven que se halla quedado dando su fuerza de trabajo mas de un corto periodo de tiempo en españa, en cambio no podría contar con todos mis dedos los españoles que se pasan toda una vida trabajando en Inglaterra.

   Ellos viven en un país que defienden su independencia sin importarles que piensen de ellos el resto del mundo, a diferencia del país acomplejado por la colonización del que provengo. Y conducirán por el lado que les de la gana, y utilizarán la moneda que les de la gana. Un lugar este en el que los canarios podríamos aprender mucho (mas allá del idioma).

   Toda la isla juega el fair play, todo South Devon es una gran comunidad, como Roy dice allá por Thurlestone “lovely place”. Y todo ello, porque ya a estas alturas intuyo, England es a big mother y como todas las grandes madres incluso en ocasiones te deja equivocar. Un país sensible y como todos los países sensibles fuerte. Spain is not different, England is different.

   Mientras España solo sabe mirar como miran los fascistas: por fuera, England mira como mira una madre. Para mi un ente mágico que me protege cuando la confusión es un montón de piedras incompresibles arrojadas sobre mi cabeza, una madre abstracta que sabe en todo momento que alguien que hace lo correcto no puede ser castigado.

   Incluso habría que explicar a todos esos españoles (o de cualquier otro país) que desprecian la cultura inglesa que una vez hubo un mecánico de Liverpool llamado Jack Edwards que se juntó con otros ingleses e irlandeses para luchar contra el fascismo en un país que no conocían y en el que no tenían siquiera parientes o amigos. Unas brigadas internacionales que serán el recuerdo mas grato que se tenga nunca de los ingleses en aquella España corrompida por el fascismo.

   Yo en England solo friego platos, que según un inglés llamado Sam (y he ahí otra maravilla de los ingleses) es una de las labores mas importante en la cocina, porque como el pacientemente me explica, un kitchen porter es el eslabón de la cadena que si se rompe los chef se quedan sin underplaits y los camareros no tendrán forma de servir la comida. Ellos los que cocinan, poseen la profesión mas bella y necesaria del mundo, alimentan a la gente!, y lo hacen con pasión.
   Y en medio de todo ello yo me esfuerzo por enseñalarle a otro inglés llamado Jean esa ranchera internacional que empieza con “la cucaracha, la cucaracha...”, a cambio él me ayuda a rellenar el formulario para abrir una cuenta en un banco. Lovely country.




Historias para un lavaplatos 2: La rodilla de Peter Holecka.

  El verano 2003, en la categoría younger pupils, se celebró en la ciudad Levice de Eslovaquia el partido Eslovaquia-Iraq. Este partido, preparatorio del campeonato mundial de fútbol, comenzó con un gol de Eslovaquia. Al acabar la primera parte el resultado era 1 a 1. A los pocos minutos tras el descanso un tercer crujido se oyó en aquel estadio. Era la rodilla de Peter Holecka, que se desmenuzó sola sin que ningún contrario la tocara.
  El adolescente que había entrenando duro desde los 8 años finaliza prematuramente su sueño de ser futbolista. Hasta entonces sus amigos eran el fútbol, sus ilusiones el fútbol y hasta su novia era un balón. Durante dos años la frustración se camufló comiendo con descontrol, viendo televisión y jugando a videojuegos desde un sofá. Peter Holecka estaba enfadado con el fútbol, y no hubo ya partido que le atrajera, ni jugador favorito, ni liga que seguir. Tras estos años, poco a poco, muchos mundos se iban abriendo. Terminó la primaria, cultivó amigos, hubieron novias y hasta lienzos sobre los que crear. En la escuela de arte comienza un trabajo de filmación sobre un amigo.
  El amigo de Peter Holecka, con apenas 15 años y su hermano algo mayor, son abandonados por sus padres, que les dejaron a su cargo un montón de deudas que no podían pagar. Asi, estos dos hermanos, habitaron una casa sin agua, ni luz, ni ascendencia. El mayor trabajó duró para pagar las deudas y que su hermano pudiera estudiar. Años después la madre de estos hijos decide llamarles telefónicamente para pedirles dinero, ellos sin tan siquiera pedirle explicación envían el dinero. Cuando Peter Holecka les pregunta a estos hermanos porque les enviaron dinero a su madre que les abandonó, ellos responden “porque es nuestra madre”.
  Todo esto me lo cuenta Peter Holecka mientras yo friego platos y me aplico medidas cautelares. El partido Eslovaquia-Iraq acabó 2 a 2.

Banda sonora del documental de Peter Holecka sobre dos hermanos.




CASCABELEANDO

Creen las gentes y las cosas, que el  dios de los cristianos todo lo perdona. Pintó las piedras, coloreó el sol, plantó los árboles, marcó los caminos, parió todas las cosas y animales y entre ellos a la serpiente. Así, sintiéndose estorbados y estorbando las piedras, los caminos, las gentes y la luna que atenúa de azul al resto de las cosas todo en uno se estorbaban.  Pero la serpiente no quería estorbar y caminaba zigzeando las piedras que unos movían, esquivando los caminos que otros andaban y los árboles que algunos cortaban, enrevesada forma de caminar por la vida.  Los animales, las piedras y el viento gozaban del roce de estorbar y no entendían a la serpiente, reprochándole su esquiva voluntad. Ante el dios de los cristianos, todos y todas las cosas del mundo creado tenían que confesar sus estorbos. Y eso les permitía redimirse para continuar estorbando, naturaleza instintiva de las cosas. Pero dios, el misericordioso, se sintió ofendido de que la serpiente nunca viniera a confesar los estorbos que nunca cometió. El descontento en las piedras, los caminos y sus gentes suplicaba a dios un castigo a tanta insolencia, pureza de la víbora. Dios todo poderoso enroscó a la serpiente una pesada y grotesca cola que arrastraba sonoramente donde quiera que iba. Cascabel para que todos supieran cuando venía. Y así cruza el tiempo y sus caminos la serpiente que avisa cascabeleando su llegada y su ida.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Funcionamiento de una máquina lavaplatos inglesa.


   Sobre pasada la circunstancia de estar trabajando con una máquina, la aptitud del operario ha de ser neutra, levitando cualquier prejuicio que llegue a tocar a la máquina. Pues aunque a priori una máquina ni siente ni padece, en indeterminados momentos pudiera parecerlo.

   El incoming, como el propio nombre de la máquina indica, es un conjunto de platos que dispuestos en una bandeja plástica viajará hasta las entrañas de esta para salir como un outcoming reluciente. Pero no nos confundamos, en el fondo esta máquina no transforma nada, los platos serán los mismo y hasta algo de su composición abstracta de incrustaciones de fish and chips, peppercorn sauce, mushroom sauce o gravy perderá. Pero esa perdida no ha de conmocionar a un kitchen porter, pues en esencia su labor es precisamente esa, la desintegración de la expresión artística creada por el hambre de los customers.

   Otra consecuencia artística inherente a la máquina resulta ser de naturaleza rítmica, un traqueteo que ha de ser adaptado por la imaginación de nuestro operario,y en beneficio de su salud mental, a una rumba cubana o quizás rozando la espiritualidad de un rancho de ánimas de Tiscamanita.

   Cada cierto tiempo esta máquina también necesita ser alimenta. Su sustento consiste en unas sales que introducidas en su correspondiente orificio hará apagar la luz indicativa de su necesidad.

   Su relación con el operario será siempre la misma, él la alimentará y ella le escupirá un outcoming brilloso de tacitas de té, platos elípticos, redondos y hasta cuadrados, y algún tub donde se depositará chillie beet, mushy peas, curry o algunos seabass de océano atlántico.

   Todo cabe en esta máquina tras un apresurado juego de tetris del operario. Todo menos utensilios de madera de la nomenclatura culinaria, véase cucharones y tablas de cortar zanahorias y limones, ni tampoco naifes. La razón nada tiene que ver con la negación de la máquina a aceptar objetos que sirvan para cortar, ni de una aversión a todo lo que combustione, su razón mas bien es de tipo preventiva, pues los productos utilizados por la máquina para la limpieza podría generar un desgaste prematuro de los utensilios.

   Los sartenes tampoco tienen cabida en esta máquina, pues su deterioro significaría la adición de restos de comida tras su utilización, echo que obligaría al operario a restregarlos con un estropajo metálico que se clavaría en sus manos desgastadas, cosa que queremos evitar.

   El operario ha de ayudar a la máquina en su función, pues ella por si sola no pasará de esterilizar los dishes pudiendo quedar restos de grasa si antes no se ha enjuagado y hasta estregado los mismos. Es la parte humana necesaria a toda mecanización.

   Seremos cautos a la hora de decir que esta máquina no siente. Pues en ocasiones, incomprensiblemente para el operario, la máquina dejará de succionar el agua con que lava los platos. Se desaconseja meter mano a todo aquel que desconozca la máquina, y el kitchen porter ha de tener la paciencia de no forzarla. Es el momento de llamar al técnico. El diagnóstico suele ser algún resto atascado en el corazón de la máquina, que no deja de ser una bomba de succión. Tal escenario genera una apatía en la máquina que la hará desistir en su labor.

   Pero esta máquina es fuerte, esta habilitada para soportar incluso algún improperio ante la frustración de un kitchen porter latino. Ella, la máquina, no se inmutará ante el despropósito del operario.

   En concreto esta máquina de la que hablamos, antes ojos que no sepan ver su realismo mágico, es una pobre máquina algo loca que no habla, una máquina aburrida que ingiere objetos duros, viejos, fríos o sucios. Pero la realidad es que genera muchos sonidos, es lúcida en su trabajo, se mantiene joven en su función, extrae la suciedad de los platos que saldrán calientes de ella y hasta ablandará algún tub plástico. Esta máquina, para asombro de chefs y foráneos, trabaja cada día.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Los zapatos.

Aunque no insistí ahí, tú me encontraste los zapatos.