sábado, 26 de abril de 2014

OVERBOOKING



Se metió en el agujero del grifo orientando las antenas con acuciante sed y nervioso paso sabiendo que en cualquier otro estado no se atrevería a tanta urgencia. Una vez más estaba ocupado. Decidió sin más dilación dirigirse hacia las gotitas de orines que solía dejar el pequeño de la familia en el borde de la taza del bater, una tibia bebida que a pesar de todo aliviaba las sofocantes noches de septiembre en las palmas. Notó algo parecido a un terremoto y sintió que el mundo giraba sobre sus antenas, de forma acelerada vio la cara del cabeza de familia. ¡Ñak!.

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