lunes, 18 de octubre de 2010

PÁJAROS DE DAKAR.

Dakar es como esos pájaros que se acercan a verme en senegal. Siempre vienen dos, luego me cuenta lay que nunca se le ve a uno solo, siempre aparecen y desaparecen en parejas. Uno rojo y otro que puede ser amarillo o verdoso. Casi siempre aparecen primero el rojo y te mira de perfil , ladeando la cabeza en rápidos movimientos que parecen reflejos ante un choque, negando mi ausencia con sus gestos y como preguntándome que hago ahí solo. Yo lo miro y al minuto cuando aparece el otro y ya son dos negándome (reconozco que ya siendo dos intimidan), permanecen extrañados hasta que de alguna forma aceptan mi presencia distante de a solo unos metros y entonces ya desaparecen tranquilos, estoy por pensar que también son musulmanes.

El Baobab es también otra de esas presencias curiosas que te absorben la atención. Lay quiere uno para su casa pero su madre se niega, ella sabe que los espíritus lo habitan. He leído por ahí que en edad adulta es capaz de almacenar hasta 6000 litro de agua. Es toda resistencia este longevo árbol que puede permanecer largas temporadas sin agua. Grosor de tronco el baobab.

Ahora mismo hay una cochinilla en el suelo, le corto el camino, me sorprende porque es igual que las que hay en canarias. Le corto el camino con el bolígrafo rojo (a saber donde quedó el azul) y ella escapa en sentido contrario. Me gustaría explicarle que solo testo su comportamiento, que no pretendo hacerle daño, pero creo que en el fondo ella lo sabe. Ya son casi las 12 por mi móvil de hora española, en Dakar son dos horas mas. Es sorprendente como no hay horas indecentes en Senegal lo mismo recibes una visita a las dos de la tarde que a las dos de la mañana y Amadí siempre esta presto a la tetera. Su té es denso y espumoso, su té es puro azúcar, pero por aquí gusta así, en pequeños vasos que en mi país servirían para pizcos de ron (que blasfemia!). A veces pasamos la noche entera tomando té. El wolof se me resiste aunque no es complicado, mas bien es un problema del sujeto creo.

A ratos Lay coge el pico y el resto (vecinos, cuñado, resto de familiares, yo etc) cogemos la pala, la carretilla y otros picos y nos ponemos a trabajar, él dice que de día hace mucho calor para trabajar, y tiene razón con esta humedad te deshidratas en sudor con solo levantar el pico.

Hace poco que me enteré por mi correo electrónico que mi solicitud de admisión para el máster de cooperación internacional fue denegada, pero no me preocupa en demasía ya que al fin al cabo es lo que estoy haciendo aquí y sin tener que estar estudiando complicadas teorías echa por europeos para africanos, ayudando a Lay, quitando los escombros de su casa en construcción. Que cooperación internacional mas directa puede haber que ayudar a un africano en la construcción de su casa. Pero lay tampoco es cualquier africano, es mi amigo y para mi es el check (elegido) Abdulay Jon, alguien que trasciende culturas, religiones o color de piel, que caoba mas brillante Lay!. Siempre me pareció algo divino eso de coger a alguien de una cultura tan distante y meterlo en tu casa, meterla hasta la cocina, como en chile con orlando, o keith en inglaterra, o laurant en belgica o ali en tarfaya (y que me perdone el resto). Pero supongo que Lay tampoco mete a cualquiera en su casa, él me conoce y sabe que yo tampoco soy un europeo cualquiera. Esas si son cosas de urialala, esa voluntad de los pocos que son mucho para aceptar los choques culturales, de agarrar el destornillador y aflojar la bisagra del abanico fosilizado por la cotidianidad para salir aprendidos, esterilizar nuestra amistad a golpe de fe aunque aveces nos cueste un rechazo a primera instancia no entendido.

       La familia de lay es muy hospitalaria, los aprecio mucho y están como locos queriendo que me case con una senegaleza. Intento explicarles que no es una cuestión de razas es simplemente que no quiero casarme, no quiero cuartar mis viajes, tener que recurrir a un apartamento (los mismos que destrozaron gran canaria) , dejar de aprender, ponerme gordo y sedentario en las ideas, quiero poder pasarme dos días sin comer si hace falta y pasarme una semana cagando en un agujero comunitario si la carencia lo hace necesario por descubrir aquello que requiere flexilidad en el alma. Pero ellos no lo entienden y en el fondo es normal.
Ahí vuelven los pájaros me iré con la sensación de que ellos tampoco me entienden, pero no me preocupa, los quiero igual, a mi forma, y como me dijo Check Damme Fall y sus Talibes estoy muy contento de haberles conocido. Dieredief pájaros de dakar.

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