Las tardes del lunes de mi
corazón debiera estar en el curso de seguridad de redes
informáticas. Pero en este ambiguo sentimiento de estar haciendo lo
que disfruto y no estar haciendo lo que debo, paso la tarde cerquita
de la silla donde reside la minusvalía de mi tío. Tiempo en el que
mi madre aprovecha para dar sus clases de cerámica en la universidad
popular. Y es que la ley de dependencia no se hizo para canarias
pensarán nuestros célebres políticos autóctonos. No habrá
trabajo para nuestras asistentas sociales a falta de un dinero
juguetón que se esconde con la magia de nuestros expertos
gobernantes, ilusionistas de las arcas públicas, endémica epidemia.
Y que más da, si al fin al cabo
pocos de estos retrasados o paralíticos se acercarán a las urnas el
día mas importantes de nuestras políticas vidas, se preguntaran
ellos. Y así también se contestarán que mas vale que el perenqué
deje de tentacular huella de augurio y se vaya a otro lado que aquí
ya no hay nada más que rascar, que el dinero ya se fue a nuestro
mejor programa de realidades más mágicas que la del opositor, que
ese si es más corrupto que nosotros que tiene juicio con sentencias
y todo y no como nosotros que aún las tenemos pendientes. Que
bárbara esta gente que quiere que todo salga bien en vez de
apechugar con lo que dios les dio que eso no es culpa nuestra, que
también tenemos nuestros problemas como todo buen canario, si fíjese
que hasta tenemos sentencias que dirimir con la justicia. Así que
menos plataformas y dedíquense a sus paralíticos, que pa eso es su
cruz, que nosotros también tenemos nuestras peligrosas minusvalías
que pueden costarnos miren uds millones y ya no de euros sino de
votos o lo que es peor días o incluso meses de prisión
domiciliaria, así que menos arengas y reclamen al estado carajo o al
próximo si nos destronan.
Coño que pesa este tenique,
dirán con desespero, o tal vez ni siquiera eso. Pero hay teniques que pesan más que
otros mis corruptos representantes, y tengan cuidado que sus frutos
no caigan antes de temporada no vayan a quedarse sin metabolizar el
azúcar. Pues así se verán sus insulsas vidas como fruta caída
antes de tiempo que rodarán lejos del árbol, probablemente ladera
abajo al oscuro fondo del barranco, donde hagan de banquete a alguna
cabra perdida que la cague a la orilla de una caleta (para desgracia
de la caleta) y quizás también con suerte germinará la semilla mas
desabrida de cuantas proliferen en esta tierra. Dejando para el
recuerdo de nuestros paralíticos el agrio sabor del abandono como
lamentables petrogrifos, como ya desde inmemorables siglos atrás el
Tindaya de olarte controlado remotamente desde Saturno, los salmones
de las corbatas de color salmón de don Soria, los aeromédica del
doctor aldeano, los crepúsculos de la justicia en los olores a
descomposición de estoy en mi tierra y hago lo que me da la gana
señores. Uds son el picudo rojo de antaño, el de siempre, el que no
hay quien erradique porque están en su casa carajo.
Así que mi madre tendrá que
seguir con la alegría con que lo hace a sus 60 años sentando a
cagar a su hermano de la misma forma que yo comparto la tarde del
lunes de mi corazón en largas, jubilosas e indescifrables
conversaciones con mi tio, conversaciones gestuales que son un curso
la telepatía. ¿Pero con que buen geito le explico yo a
mi tio quien son uds.?. Animalitos de dios, que dios los guarde.
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